UNA PEQUEÑA JORNADA NATURALISTA


¡Muy buenas!
Hace un tiempo, mi profesor y amigo, el naturalista José Carlos de la Fuente me comentó que había encontrado un posadero de búho real. Me sugirió que podíamos colocar la cámara de fototrampeo de cara a Diciembre a ver si lo grabábamos cantar, así que buscamos un día el que coincidir los dos y allá que nos fuimos.
Para quien no lo sepa las egragrópilas son pelotitas que las aves expulsan por la boca con las restos que no pueden digerir, como huesos y pelos. Tienen una ligera forma que recuerdan a un excremento corto y "peludo" con la particularidad de que suelen ser más redondeadas que éstos ya que muchos excrementos acaban con un extremo más fino y "pincelado" fruto del último apretón del intestino. 
Dependiendo del color, el grosor, la longitud, la forma y el contenido se puede averiguar que especie la ha producido. Ésto es muy útil para saber la dieta de muchas especies, así como qué micromamíferos han sido predados y por tanto también saber cuáles habitan en el lugar. Si alguna vez veis alguna os pongo una pequeña lámina del proyecto educativo "La Salle Catalunya" en el salen diferentes tipos de huesos y que nos ayudarán a identificar taxonómicamente la presa:

*Columnas: Roedor/musaraña/topo/ave
*Filas: Cráneos/mandíbulas/omóplatos/extremidades anteriores/extremidades posteriores/pelvis/costillas/vértebras

Aquí una de las egagrópilas que encontramos y algunos huesos de otras que desmenuzamos intentando averiguar su dieta. Como podéis comprobar con la tabla que he puesto antes, hay un cráneo, en este caso por el tamaño es de rata.





De camino a recoger las cámaras nos encontramos con jabalí atropellado esa misma noche. Le hicimos varias fotos y analizamos como pudo ser el suceso. Aparcamos el coche un poco más adelante e hicimos oído: un escribano soteño cantaba no muy lejos de nosotros. Subimos por el cortado donde se encuentra el posadero (una piedra de mediano tamaño pero ubicada en el borde de un cortado que al bicho le permitía tener una magnífica vista de un espacio abierto para localizar las presas). Por el sendero rastros de jabalí, conejo, zorro y garduña. A poco de empezar a subir oí algo que me hizo pararme: "José Carlos, he oído un cernícalo". Nos pusimos a escuchar atentos y lo volvimos a escuchar, permitiéndonos localizarlo. Éste tuvo un comportamiento curioso: se acercaba al borde del cortado emitiendo sus gritos una y otra vez. Iba y volvía al borde del cortado, iba y volvía... "Ahí hay algo, está presionando a algo para que abandone su territorio". Así que sigilosamente nos acercamos al borde del cortado, controlando que nuestra visibilidad fuera progresiva y no de golpe para hacerla más disimulada (como los indios en el horizonte), y levantamos un ratonero. ¡Eso es lo que el cernícalo estaba incordiando para que se marchara de allí! La anécdota en sí no es nada del otro mundo pero es un bonito ejemplo de la actuación de un naturalista: reconocimiento de una especie auditivamente, interpretación de un comportamiento, y estrategia para finalizar con una buena observación.
Seguimos subiendo hasta llegar a la cámara. Allí estaba...¿Habrá grabado algo? ¿Tendrá pilas suficientes? ¿Se habrá gastado la memoria de la tarjeta? ¿Habrá tomado vídeos de tomas falsas? 
No os voy a hacer sufrir: No, no grabó al búho. No obstante si que hizo algún vídeo interesante y quiero colgarlo aquí para haceros partícipes de la jornada naturalista que tuvimos aquel día.


Un jabalí


Una jineta. Me encanta esta toma, con las luces de Vilanova y los relámpagos de una tormenta de fondo.




Un zorro con sarna.

Fijaos como todos animales han pasado y detectado algo en la piedra donde se posó el búho y dejó las egagrópilas.

De momento esto es todo por hoy, espero que os haya gustado.

¡Gracias por leerme, hasta el jueves que viene!

Comentarios